Blogia
laturanomelaponedura

CRECIMIENTO

Hace años que no entiendo absolutamente nada de la política (será que me hago viejo). En especial no entiendo qué criterios se utilizan (aparte de determinados marketings y posturetas) para definir izquierda y derecha.

En esta extraña esquizofrenia que vivimos, no salgo de mi asombro cuando resulta ser que es de izquierdas pedir “crecimiento” o es esto lo que piden, al parecer y por ejemplo,  Hollande o Rubalcaba.

Se viene  a decir (por parte de la “izquierda”) que solo con medidas de austeridad (que sería algo de “derechas”) no se sale de la crisis y que, por tanto, hay que fomentar también el “crecimiento” (no se explica, porque es imposible, como puede consumirse más si la gente tiene menos recursos).

Hay que señalar, en primer lugar,  que lo de “crecimiento” es un eufemismo de los millones con los que se nos obsequia a diario. En realidad se está hablando de “consumismo”.

Porque el crecimiento es eso y no otra cosa, el crecimiento es que la gente consuma más y así otra gente produce más y así se mueve el dinero, se activa el crédito y vuelta a empezar.

Es decir, los que dicen que son de izquierda están defendiendo eso ¿!?!!!.

Si este blog lo leyese alguien,  ya sé que se me objetaría que la izquierda no pide crecimiento a secas sino “crecimiento sostenible” y que, además, no está en contra de la contracción o la austeridad sino en el hecho de que la contracción, el ajuste o como quiera llamársele lo paguen solo los pobres, pero lo cierto es que estos matices no se están haciendo y desde luego que sería muy necesario matizar y muy mucho cuando se habla de crecimiento.

El concepto “crecimiento” (en realidad “consumismo”), sea sostenible o salvaje,  es por definición de derechas, es decir, es un concepto básico del capitalismo.

Para el sistema capitalista la única forma viable de la sociedad es “crecer”,  que no es más que conseguir que la gente consuma más porque, según se dice, al consumir más y así adquirir más bienes de consumo, la sociedad se hace más rica, tanto los que adquieren los bienes como los que los producen.

Esto y no otra cosa es el “crecimiento”, insisto,  es una de las bases del capitalismo.

Por tanto la autollamada “izquierda” no es tal, porque la izquierda es o debiera ser anticapitalista. O dicho de otro modo,  lo que ahora llamamos la izquierda ( o más estrictamente se “autollaman”) es en realidad una derecha moderada, eso  siendo extraordinariamente generosos.

La esencia de la izquierda, por el contrario, nunca puede ser el crecimiento, y mucho menos que ese crecimiento se autoregule solo,  sino que es la redistribución de la riqueza, la abolición de la propiedad privada en los bienes de producción y el “reparto” equitativo y justo de la riqueza que se genere.

Para entendernos; lo que ahora está sucediendo es como una familia con un nivel de ingresos X y que tiene un hijo. Como sus ingresos son altos, ese hijo va a los mejores colegios y tiene todos los caprichos. Pero hete aquí que la madre se transforma en coneja y tiene 15 hijos más.

Es obvio que con 15 hijos más y los mismos ingresos habrá que hacer cualquier cosa menos crecer. Habrá que redistribuir, siendo impensable que el hijo primero siga viviendo igual que antes y el resto vivan de puta pena.

Trasladado a la sociedad, nada puede hacerse sin un “reset”. No cabe crecer porque somos la hostia de gente en el mundo y no hay que crecer o por lo menos nosotros no hemos de crecer (tal vez lo deba hacer Namibia o Burkina Faso, de manera controlada),  hay que repartirse los recursos, asignarse los trabajos y asegurar la subsistencia de todo el mundo.

Y eso no es posible sin cepillarse todos los esquemas democráticos: Alguien podría decir, eso precisamente es el “crecimiento sostenible”. Falso, eso se acerca más al concepto “dictadura del proletariado”.

No hay forma de conseguir esta redistribución  o ese reparto de “buen rollo”,  porque los hijos primogénitos (como el del ejemplo) no van a soltar ni una puta pela por las buenas y aparte cuentan con el poder de los estados que mantienen el “status quo”.

Por tanto ese camino es, al día de hoy, total y absolutamente imposible

Así que lo que verdaderamente sucederá (y de hecho ya está sucediendo) es que se establecerá una economía y una política total y absolutamente dirigida, pero no para el conseguir el bien común o una mejor redistribución de la riqueza, sino pura y llanamente para  que los siervos no se solivianten; dosificando cuidadosamente las migajas y empobreciendo gradualmente a un sector de la población que quedará virtualmente expulsada del sistema.

Paralelamente (y también lo estamos viendo) se reforzarán las estructuras represivas y las de control de la población. Naturalmente se mantendrán ciertos derechos para que los siervos se desfoguen y tengan el consuelo o la autocomplacencia de que están “luchando”: El palo y la zanahoria.

Tantos siglos elaborando teorías políticas y al final el que tenía razón era Aristóteles, es irrelevante la forma política que se adopte, lo verdaderamente importante es si el que gobierna lo hace para el bien común o para el beneficio de unos pocos.

0 comentarios