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EL BOSÓN DE HIGGS

Hoy 5 de julio de 2.012, apenas 24 horas tras el descubrimiento de esa esquiva partícula, recibo la noticia de que uno de mis mejores amigos acaba de fallecer de forma repentina y absolutamente imprevisible.

Al igual que esa diminuta onda es la clave que dota de sentido al Universo y a la Física, algo mucho más insignificante aún, como es la vida de un ser humano, es el mecanismo que hace que sigamos adelante.

El bosón de Higgs hizo que la energía se transformase en materia, de ahí que se le llame la partícula Dios (y no “de Dios” como se dice erróneamente) porque fue la que creo, la que dio sentido a todo lo que existe.

A nosotros nos dan sentido las otras personas, las interacciones con ellas, es lo mismo que en las partículas, actúan unas con otras y de ahí sale todo.

Cuando muere alguien cambia el Universo entero (algunos dicen que se genera una realidad alternativa, es decir muere en una realidad pero no en otras).

Pero esto nos interesa muy poco cuando muere un amigo, es como la macroeconomía ¿a quién le interesa cuando no tiene para comer?.

Cuando muere un amigo desaparece una pieza de la frágil e inestable realidad que percibimos, por eso nos desconcierta, nos duele, nos indigna y por eso maldecimos nuestra existencia y cuestionamos el porqué de la vida.

Son sentimientos que nunca llegan a desaparecer por completo y que pueden llevar a más de uno al desastre, justo como el bosón, dura una fracción de tiempo inimaginablemente pequeña, pero todo lo impregna y permea.

Extraña forma esta de hablar de la muerte de un ser querido, sin elegía, sin panegírico, pero a mí me ayuda.

Si lo intelectualizo, lo relativizo o lo contextualizo,  parece que duela menos, cada cual lo intenta  a su manera.

Adiós amigo.

1 comentario

Tomás Betrán -

Te voy siguiendo. Te tengo en "Favoritos". No te canses; eres un virguero del lenguaje. Valete.