Blogia
laturanomelaponedura

REFUGIADOS

 

La insólita decisión de la UE de desembarazarse de los refugiados de la guerra en Oriente Próximo realizada además, como diría Virgilio, “obscuri, sub nocte, per umbram” es un paso más, aunque me temo que no el último, hacia la muy preocupante  fascistidización que lo permea todo.

 

 

Lo cierto es que lo que está sucediendo desde ya hace tiempo tiene enormes y preocupantes similitudes con la época previa a la Segunda Guerra Mundial.

 

Estoy convencido que en esta ocasión no se generará una guerra mundial, por lo menos una guerra “típica”, pero lo que es seguro es que sí se generará alguna monstruosidad, cuál sea esta ya es otra cuestión.

 

Pese a las apuntadas similitudes en cuanto a la derechización de la sociedad con la época prebélica,  existen también enormes diferencias, las más notables derivadas de la llamada globalización y del enorme control que se ejerce sobre el individuo no solo a través de los medios de comunicación, redes sociales y demás inventos modernos sino ante el convencimiento de la ciudadanía en general  de que es imposible, impensable y no deseable ninguna revolución o cambio de paradigma.

 

Los pobres de hoy en día (hablo de el mundo occidental naturalmente) no son los mismos pobres que había en la Europa de los años 30 y los obreros de hoy no son los mismos obreros,  es por eso que cínicamente Europa rechaza y expulsa a quienes les recuerdan su pasado.

 

Que hoy en día un partido con un programa político como Podemos sea calificado de extrema izquierda (cuando su discurso sería a duras penas socialdemócrata de centro en los 60) es muestra, en lo político, de esta increíble derechización.

Pero lo realmente preocupante está en “la calle” en lo que hacemos, lo que decimos y en cómo actúa la gente en general; barrenada toda ideología y toda coherencia en cualquier discurso nos movemos en una sociedad de 140 caracteres, fabricada a base de pequeños mensajes e ideas, de tweets, videos de Youtube, frases ingeniosas y posturetas de diversa índole detrás de las cuales no hay NADA.

 

Las ideologías han quedado reducidas a camisetas de verano y a consignas rescatadas de otros tiempos que en el mejor de los casos no se sabe lo que quieren decir y en el peor, se interpretan mal.

 

En una sociedad que se considera progre e izquierdoso que unos ricos pidan la independencia de un trozo de un país para ser más ricos o que es revolucionario y progre Steve Jobs o acabar con el límite de 140 caracteres, apaga y vámonos….

 

Ante este desalentador panorama, que me temo que irá a más, a mi no me extraña nada, es más, me parece absolutamente explicable, que determinadas personas absolutamente desencantadas y sin un Norte claro, abracen cualquier ideología por descabellada que sea que, al menos, les proporcione referencias y objetivos claros y entendibles entre los cuales tiene cabida, obviamente, la destrucción directa de toda esta sociedad absolutamente repugnante aun a costa de la propia vida.

 

Es decir, no entiendo que la gente no entienda a todos esos asesinos suicidas que matan en nombre de algo aún más abyecto de lo que pretenden destruir, esa abyección, al menos, parece tener un sentido o propósito claro, la “nuestra” no.

 

Es un error intentar analizar el fenómeno de los terroristas suicidas desde una sola perspectiva,  puede que haya quien lo siga por cuestiones religiosas, también habrá quien se vea empujado a ello por cuestiones de miseria pero estoy seguro que también hay quien canaliza a través de esa barbarie  todo el odio y repugnancia que nuestra sociedad produce y eso, salvo en el método, no puedo sino compartirlo.

 

Y no estoy haciendo el discursito progre de ¡que malos somos los Occidentales y bla, bla!, no hablo del mundo occidental, aunque sí que es cierto que al ser más avanzado permite vaticinar hacia donde se dirige la especie, hablo del Ser Humano en general.

 

Como ya he apuntado en reflexiones anteriores, parece claro que el Ser Humano es un experimento o resultado de la evolución fallido.

 

Ardo en deseos que una mente artificial sustituya no tardando demasiado a una especie que aparte de su capacidad de destrucción,  no creo que tenga otro propósito ni destino que crearla.

 

Y aunque lo parezca no estoy nada amargado, ni odio a la humanidad (bueno, un poco sí) hablo de puro y simple desencanto lo que no me impide, justo porque he perdido la fe en empresas más elevadas, disfrutar de cada momento de mi vida como si fuera el último.

 

Me he imbuido del espíritu de Frank Capra en “Qué bello es Vivir” o “John Doe”, lo único que realmente podemos hacer es ser buena gente con las personas próximas, o al menos ser poco cabrón, desgraciadamente ni tan siquiera nos es dado realizar una labor pedagógica porque en un mundo de 140 caracteres resulta inútil.

 

Hablando de películas,  recomiendo fervientemente la visión de la película Idiocracia, parece una chorrada del estilo los albóndigas o similares pero lo cierto es que creo que es la visión más lúcida acerca del futuro que nos espera que he visto jamás.

0 comentarios