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TURISMO EN BARCELONA

 Quienes tenemos el raro privilegio de vivir en el centro de Barcelona, andamos alterados, el rápido y exponencial incremento del turismo está causando un sentimiento generalizado de  malestar y hartazgo; el motivo principal, el aumento estratosférico de los precios en absolutamente todo y la pérdida de la identidad de la propia ciudad.

 

La conversión de Barcelona en un parque temático, según término de fortuna, y su sobreexplotación,  pueden conducir a que la ciudad quede virtualmente destruida y que, además, se haya destruido para nada porque el turismo que acudía a Barcelona, justamente por ser un lugar no demasiado explotado y agradable para vivir, tal vez deje de hacerlo una vez se haya convertido justo en lo contrario.

 

Pero claro, por otro lado, no podemos olvidar que no ya Barcelona, sino España entera, vive del turismo prácticamente en exclusiva, tampoco podemos olvidar que antes de las Olimpiadas la ciudad e Barcelona era un auténtico pestiño; ha sido el turismo lo que ha hecho que Barcelona se haga más bonita y atrayente y no nos engañemos, la ciudad poco ha perdido porque muchas cosas tampoco las tenía, por ejemplo, jamás existió en Barcelona una cultura de tapas por lo que el hecho que ahora se sirva  bazofia en raciones minúsculas y a precio de oro es lamentable pero no supone la pérdida de nada, antes simplemente no existía la tapa como tal.

 

Para analizar el asunto lo primero que hay que evitar a toda costa es culpabilizar al turista ni mucho menos caer en abismos nacionalistas o chauvinistas, esto es especialmente importante  y especialmente delicado en el momento en que vivimos de auge de todos los nacionalismos fascistas y más aún si cabe al hallarse Barcelona dentro de una realidad distrópica generada por 4 pijos que quieren separarse de España para seguir siendo más ricos (lo mismo que pretendieron los pijos del país vasco, los escoceses o los canadienses; separarse de sus compatriotas más pobres).

 

La cuestión es que los turistas no tienen culpa de nada,  van a donde les gusta o a donde pueden ir, la culpa es lógicamente,  de los que quieren hacer dinero a costa de los turistas, es decir (y sé que soy cansino pero es que es así) del capitalismo.

 

El turismo no es que sea un gran negocio es que es prácticamente el único negocio posible en España y, en consecuencia, se intenta exprimir sus beneficios al máximo.

 

Y esto no tiene solución en la medida que siga existiendo propiedad privada. Los intentos de la alcaldía y de otros estamentos para controlar el fenómeno estarán siempre abocados al fracaso porque tarde o temprano se impondrá la supremacía de la propiedad privada.

 

En esto, como en tantas y tantas otras cosas, la propia dinámica capitalista, es decir la existencia de propiedad privada  y  de democracia van a impedir siempre que se haga lo correcto porque siempre estarán por encima los intereses de los particulares y naturalmente no de cualquier particular, sino que siempre serán preeminentes los de aquellos que gocen de mayor poder económico, o sea, del auténtico poder.

 

Otro pijismo que se ha instalado (de los muchos que nos martirizan todos los días) es que ya nos va bien el turismo cultural, hiptser y piji-progre pero no el turismo de borrachera y bla, bla, bla.

 

Esto parte de la base, del espejismo estrictamente, de que  Barcelona, que, insisto,  era un pestiño, va a ser eternamente turística y que ese turismo va a venir atraído por Gaudí por la cosa mediterránea por el diseño y sobre todo,  por lo hipster, ERROR porque precisamente a los modernos, por ser modernos y snobs ya no les gusta un sitio cuando se masifica y cuando ya va la gente normal, vulgar  y ordinaria y por tanto dejan de ir.

 

Pero sobre todo porque no podemos perder de vista que el ELEMENTO DIFERENCIAL y lo que resulta verdaderamente diferente del turismo en España y en Barcelona, es la juerga, la forma de vida, el poder estar de fiesta y de cachondeo como en ninguna otra parte del mundo, lo cual es muy fácil de comprobar a poco que se viaje.

 

Esta es la grandeza y el drama del turismo en España, si se elimina este factor existirán ya muy pocos motivos para venir a España porque en el resto de facetas existen otros destinos enormemente competitivos no tan explotados, no tan quemados y que no roban tanto a propios y extraños como por ejemplo Barcelona en  el asunto de la gastronomía que puede jactarse de ser la ciudad del mundo  en la que más se estafa en este aspecto.

 

Tradicionalmente  el  clima fue un factor a tener presente de cara al turismo pero hoy en día el cambio climático actúa como elemento igualador en esta materia, vaya usted a saber en qué lugar estará uno cómodo climatológicamente dentro de unos años…..

 

Sea como fuere, los putos negociantes y especuladores de siempre nos están jodiendo para hacer dinero con el turismo, la ciudad está cara de narices, y el aburguesamiento o gentrificación de los barios (como se dice ahora)  es galopante.

 

Los ciudadanos de Barcelona estamos siendo expulsados del centro de la ciudad y esto irá a más a menos que podamos evitarlo.

 

Los poderes públicos (como se ha mencionado) no pueden hacer nada ni en esto ni en nada que colisione con el capitalismo, o sea todo, pero los ciudadanos sí que podríamos.

 

No se puede evitar que fulano monte una tienda hipster, un bar en el que sirvan mierda en raciones ínfimas a precio de oro, una tienda de productos fashion para ricos, tiendas diversas de productos naturales al alcance de los ricos, mercados municipales que parecen tiendas de gran lujo mientras los pobres han de comprar en Mercadona etc, etc, etc….

 

Pero los ciudadanos sí que podríamos conseguir que resultase molesto, vergonzoso o complicado acudir a este tipo de establecimientos.

 

Es decir hay que aprovechar lo que es propio a esta época, la obsesión por la imagen y el hecho de que solo importe la forma, no el fondo.

 

¿Quién entraría en la tienda X  en el restaurante Y o en el comercio X, si en redes sociales, en la propia entrada del establecimiento e incluso mediante un sistema de puntuaciones se catalogase el establecimiento en cuestión de forma negativa, destacando, su estupidez, su estafa, su insolidaridad, lo lamentable que resulta comprar nada allí…?.

 

Por ejemplo, entre otras actividades, propongo crear una Guía Miguelín que sería lo mismo que la Guía Michelín pero en chungo, es decir puntuando a establecimientos por su grado de latrocinio, estupidez, pijismo o snobismo….dejo a la imaginación el resto de cosas similares a esta que pueden hacerse

 

Es el momento de volver a revisar a John Doe o Que bello es Vivir en donde se abogaba por la organización no de los ciudadanos (que eso es un término político) sino de las personas, al margen del poder y de la política para defender sus intereses; esta es la única salida.

 

Conseguir que nadie se atreviese a explotar determinados negocios por miedo al escarnio al ridículo o a la interdicción de las gentes, es el camino que hay que seguir porque además, incluso aunque se rebasasen los límites legales, dependiendo del cariz de las muestras de desagrado o reprobación difícilmente se llegaría a delitos o a consecuencias graves que no puedieran ser arrostradas por grupos mínimamente organizados.

 

Estoy convencido que este es el único camino para acabar con esta plaga, que no es la del turismo, insisto, sino de toda la pléyade de fascistas/capitalistas que quieren hacer dinero con ello.

 

Esto es lo que buenamente podemos hacer porque la solución definitiva: acabar con la  propiedad privada, con la democracia y con el ánimo de lucro, es una quimera que aún está muy lejos…si es que algún día se consigue

DEJAR DE FUMAR II (8 MESES)

 Pues eso, 8 meses ya sin fumar y en principio aún con la voluntad sólida para no recaer a pesar de que las consecuencias  han sido literalmente DEVASTADORAS.

 

Soy consciente  que desde un punto de vista médico me asegurarían que esto nada tiene que ver con dejar de fumar,  pero son hechos.

 

Añado que además, no parece ser algo aislado, en mi entorno personas que han dejado de fumar han tenido muy graves problemas de salud.

 

En mi caso concreto he tenido y tengo los siguientes problemas tras dejar de fumar:

 

1.- Ataques súbitos de tos compulsiva. Reconozco que también los tenía cuando fumaba así que puede ser que simplemente sea que antes los atribuía todos al tabaco aun cuando algunos fueran debidos, por ejemplo, a alergias.

 

2.- Al mes de dejar de fumar pasé una semana  baldado de los riñones o de la espalda, no sé (ya que obviamente no acudí a ningún médico), no me podía mover ¿tuvo que ver con dejar de fumar?, lo ignoro pero en 40 años fumando no me sucedió nunca nada parecido.

 

3.- La boca literalmente reventada, sangrado masivo de encías, caída de un molar e infecciones varias. Parece ser que el efecto vasoconstrictor del tabaco enmascaraba todas esas cosas....

 

4.- Estallido de vasos sanguíneos que se manifiesta por pañuelos llenos de sangre al sonarme. Este efecto aún persiste tras 8 meses y me ha comportado gastarme una pasta en pañuelos jaja.

 

4.- Dos episodios de pancreatitis aguda ¿tienen que ver con dejar de fumar?, tal vez no  pero en 40 años fumando no me sucedió nunca nada parecido.

Para mayor INRI, una de las presuntas causas o elementos favorecedores de la pancreatitis parece ser el fumar, te lo prohíben a rajatabla…. Seguro que es mentira pero los médicos ya han cogido la costumbre de relacionar el fumar con absolutamente todo…..

 

5.- Debido a lo relatado en el punto precedente (y esta ha sido sin duda la consecuencia más grave de todas), tener que entrar en el sistema médico tras estar 40 años sin hacerlo, sin análisis, sin pruebas y sin mierdas, ahora parezco un viejo de 80 años en manos de matasanos sin escrúpulos deseosos de introducir todo tipo de objetos en mis esfinteres.....

 

Ya dije en mi anterior post al respecto, y ratifico ahora, que las motivaciones médicas para dejar de fumar no sirven y añado que  es posible que incluso sean falsas y digo más, puede  que dejar de fumar cause más problemas que beneficios desde un punto de vista de la salud.

 

Estoy seguro que como ya ha pasado con el pescado azul, el aceite de oliva, el jamón de jabugo y en definitiva,  con todo aquello que al capitalismo convenga, el futuro revelará que el fumar no era tan malo: que sea cierto o falso es lo de menos al fin y al cabo el 99 % de lo que se dice respecto  a asunto de nutrición es falso o inseguro, no hablamos en esta materia de ciencia sino de pseudociencia al servicio del capital.

 

Ya se ha dicho antes, la noble ciencia de la medicina se ha pervertido por el capitalismo, hay medicina para ricos y para pobres, entre otras lindezas que quizás aborde en otro post específico tras mi forzada experiencia con el sistema médico provocada por el dejar de fumar.

 

Por tanto me reafirmo en que el motivo fetén y auténtico para dejar de fumar, el que a mí me funciona para continuar sobrio, es el de dejar de ser esclavo.

 

Tras estos ocho meses constato que ahora mismo me fumaría un cigarro y eso es lo espeluznante, lo que nos debe hacer pensar el nivel de dependencia y de servilismo que tenemos con el tabaco.

 

Haberme liberado momentáneamente de ello y resistirme a la dictadura del cigarrillo a mi me compensa sobradamente;  a pesar de estarme jodiendo la salud y que tal vez, el dejar de fumar, me acabe matando.

 

Ya se decía antes (ahora parecería absurdo en esta sociedad en la que prima la cobardía), más vale morir de pie que vivir de rodillas.

RACISMO/XENOFOBIA/NACIONALISMOS

 En esta triste  época en la que, como sucede de forma recurrente, resurgen los nacionalismos y, por consiguiente, el racismo y la xenofobia, conviene recordar que no solo constituyen racismo las actitudes o expresiones explícitas y evidentes al respecto, sino que la cosa es bastante más sutil.

 

Quizás a alguno le haya sorprendido la identificación entre nacionalismo y racismo/xenofobia aunque como veremos enseguida, resultan conceptos inseparables; es imposible la existencia de  nacionalismos no xenófobos así como es difícil concebir xenofobias sin un contenido nacionalista.

 

La cuestión es que tan racista es despreciar a otras razas y/o culturas como la loa o engrandecimiento excesivo de la propia nacionalidad.

 

Cuando glosamos exageradamente las virtudes de nuestra nación, de nuestros compatriotas, de nuestra Patria en definitiva, inmediatamente hacemos un ejercicio de racismo/xenofobia, porque este engrandecimiento siempre lo es por comparación; estamos en el famoso über alles.

 

Y por desgracia ello es consustancial con la propia existencia de los estados y naciones y no digamos ya con el concepto Patria, directamente xenófobo.

 

No existe libro de historia de país alguno que no sostenga que los miembros de ese país en concreto son fantásticos, valientes  aguerridos, dechado de virtudes y capaces de logros colosales.

 

Esto puede vestirse como se quiera pero es otra forma de racismo y xenofobia, puesto que si nosotros somos mejores que los demás, es obvio que los demás son peores: se intenta edulcorar, matizar o negar esta idea pero es imposible, solo el socialismo primigenio, en su estado puro (no lo que hay ahora) intentó destruir esta idea.

 

Pero existe otra forma de racismo/xenofobia, aún más sutil (pero igualmente perversa) que es la que practican muchos de quienes se dicen progresistas, de izquierdas y que, al menos de puertas afuera,  abominan del racismo: la condescendencia.

 

Es el mismo concepto cristiano/fascista del negrito, el chinito y la monjita, hay que querer, amar y respetar a los pobrecitos inferiores como si fueran los tontos del pueblo.

 

Actualmente toda la pléyade de piji-progres-ecolo-pijos-hípster-veganos, sector especialmente reaccionario y que debiera ser purgado de inmediato  en cualquier revolución que se precie,  han resucitado un viejo y repugnante concepto que aunque no se llame así es lo mismo: LA CARIDAD.

 

La caridad, es la antítesis de la JUSTICIA y de la revolución porque la caridad implica el mantenimiento del status quo, no la redistribución de la riqueza.

 

Y en este mundo en el que todos hemos abrazado el capitalismo no hay cabida para la JUSTICIA, a lo sumo para la caridad.

 

Lo único que pretendo es que se llame a las cosas por su nombre: en este nuestro mundo occidental no existe izquierda ni nadie que en realidad quiera ningún tipo de cambio real, vivimos en un mundo total y absolutamente racista y xenófobo en el que como mucho, tiene cabida la caridad al más puro estilo del antiguo régimen al que de facto hemos vuelto al no cuestionarse los estratos sociales ni pretenderse.

 

Ante esta realidad ¿le puede sorprender a alguien que determinados individuos por motivaciones diversas quieran cargárselo todo con todos nosotros dentro?.....

LIBERTAD

¡Que gran palabra esta y cuánto se ha luchado por ella!, resulta increíble, pues, que en realidad muy pocas personas la deseen.

 

Y es que el ejercicio de la libertad, entendida esta en un sentido amplio, es algo extraordinariamente complicado y que lo cierto es  que  suele causar más dolores de cabeza que otra cosa.

 

De hecho una de las crisis que tiene todo ser humano al llegar a la adolescencia consiste en abordar esta cuestión, abandonar una realidad en la que  le decían lo que tenía que hacer para enfrentarse a otra en la que será él quien tome decisiones (o así lo crea,  que para el caso es lo mismo).

 

Por eso una gran mayoría prefiere abrazar creencias, ideologías o grupos sociales que les liberen de esa tarea ciclópea,  abandonando así y como ya dijera el famoso Rector de la Universidad de Cervera, la funesta manía de pensar.

 

Como ya mencioné en posts anteriores, esta cuestión era profusa y extensamente analizada por Julian Jaynes en la obra citada:  El Origen de la Conciencia en la Ruptura de la Mente Bicameral, el hombre añora a esos dioses que hablaban a los antiguos porque esos dioses le decían lo que tenía que hacer: el ser humano, pues, en general, no desea la libertad sino que realmente la detesta aunque sea algo que muy pocos reconocerían.

 

El éxito de las religiones, de la política, de las tribus urbanas y, en definitiva, de cualquier estructura grupal o social por encima del propio individuo son más de lo mismo, el individuo, en general, prefiere diluirse en lo política o socialmente correcto, integrarse en un grupo mayor que le permita seguir las directrices ajenas; si hace lo que se espera que haga o sigue las pautas que directa o indirectamente se le proporcionan, su vida será más llevadera y feliz.

 

En propias carnes he pagado el agotador precio de intentar ejercitar mi libertad, al menos de pensamiento, porque en otros aspectos es obvio que hoy en día el concepto libertad es aún más ilusorio que el concepto pasado-presente-futuro.

 

Lo cierto es que es una batalla constante que además genera constantes confusiones porque igual que el ojo y cerebro humano intentan encajar cualquier cosa en estructuras conocidas (en especial caras) así la mayoría de la gente intenta encajar a los otros en estructuras convencionales o prefabricadas, cuando no puede se genera una enorme confusión e inquietud.

 

Y lo curioso es que a pesar de este gregarismo y de esta dilución de la parte en el todo, es rara la persona que no reivindica o sostiene su individualidad,  se cree distinta,  piensa que elige y decide por sí misma y se considera diferente a los demás ¿¿¿¿!!!!.

 

Creo que podría contar tranquilamente con los dedos de una mano todas las personas que conozco que son capaces de estar al margen de la convención, de lo que se espera de ellos, de lo políticamente correcto.

 

Más allá de constatar una vez más que aunque el Ser Humano piense lo contrario, su inteligencia no difiere sustancialmente de la de un calamar (eso una minoría, la mayoría se acerca más a la esponja) lo cierto es que luchar constantemente contra el borreguismo e intentar generar ideas propias resulta verdaderamente agotador, muy poco gratificante (salvo a un nivel estrictamente personal) y por supuesto totalmente inútil,  puesto que por mucha independencia intelectual que se tenga, libertad material sí que no existe ninguna salvo la de aquel que no tiene absolutamente nada que perder y que nada desea, aunque hay que ser un auténtico coloso intelectual para llegar a ese paradigma.

 

También ayuda la convicción (largamente expresada en estas páginas) de que el libre albedrio es una pura ilusión por lo que en realidad la libertad es algo inexistente pero claro, una cosa es el plano de las ideas y del intelecto, que nos sirve en los momentos de introspección y como filosofía vital y otra bregar día a día con toda la colección de paletos que nos rodean; es duro.

CASTRO, LA MUERTE DEL VIEJO COMUNISMO: LAS NUEVAS BATALLAS

Acertado titular de El País  a propósito de la muerte de Castro: el fin del Siglo XX.

Coincido y lamento, lo lamento mucho.

Aunque no es algo que haya sucedido de repente, sino que empezó a mostrarse con toda su crudeza tras la caída del Muro de Berlín, la muerte de Castro me ha recordado o me ha hecho reflexionar sobre lo que supone la desaparición de la única alternativa un poco seria que ha existido históricamente contra la existencia de la INJUSTICIA SUPREMA.

Obviamente "la injusticia suprema" es un concepto que me acabo de inventar y consiste básicamente en la existencia desde tiempos inmemoriales de ricos y pobres, privilegiados y desgraciados.

Históricamente hablando, las ideologías socialistas y anarquistas del siglo XX constituyen el único momento en la historia conocida que se plantea la posibilidad real de generar una sociedad distinta bajo premisas tan bellas y nobles como la igualdad de las personas y la desaparición de las clases sociales.

Su fracaso, debido sobre todo a que no es posible que el Ser Humano no se corrompa y a la increíble presión del capitalismo, no obsta para que al menos y por una vez en la historia, se generase algo verdaderamente esperanzador y “bueno”.

Desafortunadamente toda esta utopía hace tiempo que ha desaparecido.

Salvo en el inevitable  e insufrible postureo   que muchos practicamos, en especial los políticos, manteniendo formas y consignas vacías de contenido,  el triunfo del capitalismo lo ha sido por goleada, sí,aunque parezca increible ha triunfado una doctrina que se fundamenta en la codicia y en la injusticia y que legitima las desigualdades: pero esto es lo que quiere la gente, lo que en el fondo parecemos querer todos.

Pues ¿sabéis qué? ¡¡¡Que os/nos jodan a todos!!.

Si esto es lo que queremos pues hemos de arrostrar las consecuencias y encima no ser unos quejicas.

Particularmente y perdida toda esperanza en el Ser Humano, convencido que el único sistema viable sería el de un despotismo ilustrado que fuese gestionado por seres no biológicos e intentando desprenderme de todo este buenrollismo que no es más que una camiseta de verano o signo de identidad, considero que lo único que procede hacer en este mundo es VOLVER AL LAZARILLO DE TORMES.

Perdida también la esperanza en revoluciones o cambios globales que en realidad nadie quiere (porque lo que quiere la gente es tener iphones y ganar pasta) y por tanto habiendo vuelto a estructuras feudales en las que existen los nobles y los vasallos/siervos, lo que nos queda a los siervos es pura y llanamente ROBAR y mirar que no nos pillen.

La historia y la realidad demuestran que aquello de que la pobreza aviva el ingenio es cierto y que, asimismo, la riqueza es directamente proporcional a la estupidez.

Por tanto y dado que todos nosotros, estúpidos ignorantes, hemos aceptado volver al feudalismo y desechado crear una sociedad justa e igualitaria, va a regir el principio de aquí el que no corre vuela con la única barrera moral de que solo deberemos expoliar a los “ricos”.

Las nuevas revoluciones, pues, que ya no serán tal, consisten básicamente, en despojar a los poderosos y ricos de sus bienes en beneficio propio o simplemente joderlos, para que vivan peor o sean infelices (a la comunidad y a los semejantes que les den).

No vale la pena luchar por aquellos que se conforman con migajas y que quieren ser dominados, busquemos nuestro propio beneficio y sobre todo, jodamos a los ricos, no para obtener un mundo mejor, sino porque mola ver la cara que se les queda.

Recordemos una vez más la frase del ínclito Benjamin Franklin:

"Aquellos que renunciarían a una libertad esencial para comprar un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad".

Igual que no se puede estar un poco embarazada no se puede ser un poco capitalista;  o se es o no se es ¡¡¡¡QUE OS JODAN!!! y mis respetos para el fallecido comandante.

NATURALEZA

 A pesar de ser un asunto recurrente en mis conversaciones, me doy cuenta que no he incidido demasiado en este asunto   y la verdad es que es algo fascinante máxime en esta época piji-progre-hipster que padecemos.

 

La naturaleza y lo natural son conceptos que se asocian a algo bueno mientras que lo antinatural o artificial a algo malo ¿puede existir mayor estupidez?.

 

Asociar lo natural o la naturaleza a lo bueno es pura y llanamente UNA EXCRECENCIA RELIGIOSA: si Dios creó la naturaleza entonces la naturaleza será algo bueno y es la intervención o actuación del Ser Humano, la que causa los males…

 

Lo fascinante es que muchos de los defensores actuales de la naturaleza y lo natural se definen como agnósticos o ateos, pero no nos engañemos, también hay nacionalistas que dicen que son comunistas o ateos o científicos que dicen lo mismo pero parecen defender una especie de “orden natural”, armonía intrínseca o como quiera llamársele.

 

Ciertamente existe mucho ateo-agnóstico que lo son por puro postureo que lo que han hecho es pura y llanamente sustituir la figura de Dios por otras entelequias, “nación”, “orden natural”, esoterismos varios….existen infinitos pensamientos incluso pseudocientíficos que en realidad, esconden un sentimiento religioso reprimido, si no carece de sentido la defensa de la naturaleza y de lo natural.

 

Vayamos por partes, el Universo es un entorno increíblemente violento e increíblemente cruel que lejos de tener un orden oculto parece más bien obedecer al caos más absoluto.

 

Pero en cualquier caso da igual, el Ser Humano, dentro de ese espantoso compendio de energías desatadas, es una mierdecilla posiblemente casual que ha surgido ni se sabe por qué en un tiempo y espacio determinado.

 

En este tiempo y espacio en el que vivimos hemos podido constatar que lo que se ha dado en llamar fenómenos naturales es el mayor asesino que existe, la naturaleza que tanto aman algunos, genera cataclismos inimaginables cuando y como le da la gana, desarrolla microorganismos letales y se cepilla especies enteras con una facilidad pasmosa, cuando y como le da la gana.

 

En esta ominosa realidad, el único ser conocido que ha sido capaz de luchar contra la naturaleza y de  alterarla ha sido el Ser Humano y probablemente sea por ese motivo por el que tenga alguna posibilidad de sobrevivir, o no, ya se verá….

 

Pero en cualquier caso, no puede defenderse desde ningún punto de vista y sin mayor razonamiento lo natural o la naturaleza, la naturaleza es nuestra mayor enemiga y lo natural enormemente peligroso.

 

Una cosa es que debamos andarnos con cuidado en no cargarnos determinadas cosas y otra muy distinta sostener las supuestas bondades de la naturaleza que no son tales.

 

Considero, de hecho, como ya he apuntado anteriormente,  que solo desligándose de la biología y controlando los fenómenos naturales podrá sobrevivir el Ser Humano.

 

Y siendo al parecer, el instinto de supervivencia una característica común en todos los seres vivos ¿Qué hay más natural que cargarse a la naturaleza, si es preciso, para sobrevivir?.

 

En cualquier caso, quienes interpreten que la naturaleza es algo bueno y que el Ser Humano es malo y la fastidia (nótese que esto se le de la pátina que se le dé es religión pura)  pues tranquilos, se irá todo a la mierda como castigo y en paz, mola, al fin y al cabo está en el ánimo de todos quienes así piensan el sentido del sacrificio, la penitencia, la culpa y demás.

 

Particularmente me interesan mucho más las iniciativas tendentes a la creación de todo tipo de cosas antinaturales y artificiales que permitan liberarnos de las amenazas y peligros que implica la famosa naturaleza que sin duda es el mayor problema y enemigo que tiene el Ser Humano y el principal reto que tiene que superar.

 

Si en el proceso nos cargamos ballenas y celacantos pues mala suerte, ellos no pestañearían ni un segundo en cargarse al Ser Humano si estuviesen en la cima de la cadena alimenticia.

 

No lo olvidemos, la naturaleza es despiadada y cruel y no se rige por pijismos progre hipster, quienes se abandonan a los dictados de lo natural no sobreviven, tal vez a ellos les mole este escenario, a mi no….

 

De todas formas justo es decir que toda esta pléyade de pijos veganos, comeberzas, ecolotontos, cumbayás y buenrollistas que nos invaden en realidad ni saben lo que es la naturaleza, ni la quieren, ni la respetan.

 

¡A doblar el espinazo cultivando verduras sin fertilizantes ni plaguicidas los metía yo, se les acababa la tontería en 5 minutos!

 

Una cosa es ir a comprar los pasteles o la comida con sabor a tierra y a precio de oro de la tienda piji-vegana y otra tratar directamente con la naturaleza ¿por qué será que en los pueblos no existe toda esa pandilla de mamones?.

FUMAR

Quizás debido al estado “zen” que he descrito en el post precedente, he decidido dejar de fumar, llevo unos cuantos días sin hacerlo, es duro, no sé si lo lograré finalmente.

 

A pesar de que existen poderosísimas razones para no dejar de fumar, he dado este paso por dos motivos, uno el económico ya que de todos los argumentos que se dan para dejar de fumar es el único verdaderamente irrefutable y el segundo es una cuestión personal, el tabaco estaba mandando demasiado en mi vida y odio que me manden.

 

He buceado por Internet buscando información acerca de por qué y cómo dejar el hábito y lo cierto es que todo lo que he leído (en especial los foros de drogadictos balbucientes en busca de ayuda/autoayuda y compartiendo sus estúpidas experiencias) no ayudan nada, al contrario, a mi al menos me producen enormes ganas de fumar de nuevo.

 

Considero que la mayoría de lo que se dice está absolutamente equivocado y no ayuda nada a quiénes quieran dejar de fumar.

 

En primer lugar (y esto es una política tradicionalmente errónea con todas las drogas) está el asunto de la exageración de los perjuicios/beneficios.

 

Se exageran extraordinariamente los perjuicios de fumar y se exageran igualmente los beneficios de dejar de hacerlo.

 

Supongo que toda la pléyade de farsantes que practican pseudociencias (es decir, psicólogos, sociólogos y  demás) habrán llegado a la conclusión de que esto es bueno para motivar,   pero a mi juicio produce el efecto contrario.

 

Hay muchísimas personas que no padecen los nefastos efectos del tabaco que se describen y aún hay muchas más personas que cuando dejan el vicio no perciben esa ilusoria mejoría en la calidad de vida que se vende;  esto produce frustración,  sensación de engaño y, en consecuencia, recaída.

 

Hoy en día, cuando ciencias tan respetables en el pasado como la medicina se encuentran contaminadas con el capitalismo, las informaciones acerca de las bondades o maldades de tal o cual producto deben tomarse con extremada prudencia, sobre todo desde el advenimiento y loor de otra letal pseudociencia: el nutricionismo o cómo demonios se llame.

 

Pero volvamos al tema; aceptemos que todos los efectos nocivos que se atribuyen al tabaco son rigurosamente ciertos. Pues bien, aun en este supuesto estamos hablando de posibilidades y porcentajes es decir de otra perversión o pseudociencia que, como la estadística, es una excrecencia de una ciencia respetable.

 

El uso de porcentajes, probabilidades y estadísticas en general hábilmente utilizado por publicistas, voceros, políticos, pseudocientíficos y comerciantes en general, por el capitalismo en definitiva, sirve para justificar cualquier premisa y por eso mismo no resulta creíble ni convincente.

 

Pero no hacen falta estos sesudos razonamientos, en definitiva  si hablamos de posibilidades y porcentajes para mí y para muchos (aunque no lo intelectualicen igual) no puede existir nada más estúpido que intentar moldear un futuro cuando es patente que la incidencia de nuestros actos en la realidad o en lo que suceda es NULA.

 

Pero también se miente o exagera en los beneficios de no fumar,  lo cual genera decepción porque se vende que cuando se deja el tabaco nos convertimos en una especie de atletas cachas, obvio error, si eras un alfeñique fumando lo seguirás siendo sin fumar.

 

Así que los voceros hipster-defensoresdelonatural y los poderes públicos que tanto se preocupan de nuestra salud en lugar de preocuparse por erradicar las desigualdades y la mercantilización de dicha salud, harían bien en abandonar esta política de exageración, estrictamente de mentiras, si realmente quieren que más gente deje de fumar.

 

Otro asunto sobre el que se miente o se dan informaciones equívocas y que es la pregunta habitual de los fumadores que quieren dejarlo es hasta cuando dura el mono.

 

En primer lugar se da una inútil información acerca de lo que es el mono  físico y lo que es el mono psicológico.

 

Me resulta incomprensible la utilidad de esta información, cuando dejas de fumar tienes unas ganas acojonantes de hacerlo,  que sea debido a algo físico o a algo sicológico ¿qué más da?.

 

Por otro lado, se suelen dar plazos, que si dos semanas, que si un mes, que si tres meses…..

 

Esto genera falsas expectativas en quienes toman la decisión de dejar de fumar porque se esfuerzan en llegar a este o a aquel otro hito y cuando llegan y comprueban que siguen teniendo unas ganas de fumar del copón se decepcionan y recaen.

 

Particularmente he asumido que siempre voy a tener ganas de fumar con mayor o menor intensidad, básicamente porque fumar, en principio,  mola y en consecuencia, es absurdo y contraproducente ir contando los días o los planteamientos (que son el 90 %) al estilo alcoholicos anónimos.

Sin negar la eficacia que pueda haber tenido o tenga aún el planteamiento alcohólicos anónimos, para mí, ateo recalcitrante, tiene un problema, se basa en conceptos religiosos, básicamente el concepto de sacrificio,  tesón,  voluntad y otras idioteces semejantes

 

Dentro de la cultura occidental en la que nos encontramos, está fuertemente arraigada toda esa sandez judeo cristiana, del sacrificio, la penitencia y la fuerza de voluntad por lo que, algo tan costoso como dejar una drogadicción,  se plantea a menudo como una cuestión de músculo mental, hay que sufrir, controlar y echarle fuerza de voluntad y cojones;  yo  creo que esto es un error.

 

Dejando de un lado de momento  mi teoría principal (en realidad no se decide nada) y bajo la hipótesis de que sí que pudiésemos hacerlo, considero que la única forma de triunfar en esto es el autoconvencimiento.

 

Cada uno debe encontrar la motivación necesaria para dejar de fumar si es que realmente quiere hacerlo, pero debe ser una motivación PROPIA  no impostada.

 

Es decir, la pregunta que debería hacerse cualquiera que se plantee dejar de fumar es la siguiente: ¿En el caso de que fumar no causase ningún perjuicio para la salud, que fuera baratísimo y que, además, no molestase ni perjudicase a nadie, seguirías fumando?.

 

Si la respuesta a esa pregunta es positiva es que en realidad no quieres dejar de fumar y eres candidato al fracaso si lo intentas y de hecho creo que si piensas así no debieras dejar de fumar, básicamente porque lo de la salud es una filfa, puedes morir hoy mismo llevando una vida sanísima, lo del dinero pues cada uno se lo gasta en lo que le da la gana y a los demás que los jodan.

 

Hay que buscar motivaciones al margen de toda esa mierda y contestar no a la anterior pregunta.

 

En mi caso, como he comentado, mi motivación está en la cuestión de la dependencia o el hábito, lo que realmente me jode de fumar es que mande el cigarrillo, es decir en que sea el cigarrillo y no yo el que elija cuando hay que fumar y que ese vicio condicione y dirija mi vida, este es para mí el motivo para  dejar de fumar: no quiero ser un puto esclavo.

 

Y ahora, durante el doloroso proceso de deshabituación,  me doy cuenta cuánto tiempo y cuánta energía se me ha ido y se me va en el tabaco, ahora pensando constantemente en ello e intentando controlar el deseo de fumar y cuando fumaba obedeciendo al cigarro a todas horas pues era él y no yo el que elegía el momento de ser fumado y su poder pasaba por encima de cualquier cosa y cualquier circunstancia.

 

Este es mi motivo para dejar el tabaco, es poderoso y coherente y no se basa en la fuerza de voluntad por dejar algo que mola pero es perjudicial sino en dejar algo que no mola objetivamente hablando en ningún caso.

 

Espero que este razonamiento-empanada mental me sirva para dejar el tabaco definitivamente y ser libre para consumir otras drogas en las cuales sea yo y no ellas el que decida cuándo administrarlas.

 

Por último solo señalar que probablemente lo que me está resultando más costoso del proceso desde un punto de vista psicológico,  es formar parte de un colectivo,  el  de los no-fumadores, en el que el porcentaje de jilipollas es mucho mayor al del colectivo de  los fumadores.

 

En definitiva integrarme y seguir los dictados de la mayoría,  de lo correcto y de lo que predican los falsos profetas de lo natural y sano, ¡¡Que asco, yo convertido en hipster-vegano-sieso-aburrido-hombre de seny o cualquier otra aberración que se me ocurra!!!, casi todo esto abunda mucho más en el colectivo no fumador, pero bueno, es un precio que hay que pagar por liberarse de la esclavitud, la libertad es complicada de administrar y solo espero y deseo que dejar el hábito no me acabe conduciendo a alguno de esos abismos de estulticia.

JAPÓN

 

Este verano he tenido el raro privilegio de visitar Japón, el impacto ha sido brutal y doble (como la película de Van Damme), por un lado nunca había estado en Asia y, por lo que cuentan, Japón es diferente al resto del continente.

 

Se dice que ir a Japón es como viajar a otro planeta, yo, sin negar lo anterior,  diría más bien que es como ir a un Universo Paralelo, muchas cosas parecen iguales pero la realidad es que es otro mundo, otra realidad total y absolutamente distinta a la que conocemos.

 

No me dedicaré a comentar o relatar las diferencias, peculiaridades o curiosidades de ese lejano país, ocuparía cientos de páginas y existe muchísima información  al respecto, aunque mucha, tras la experiencia propia, no la comparta.

 

Lo que quiero comentar es lo dicho, el enorme impacto que me ha causado comprobar que aquí en nuestro planeta,  existe un mundo y una realidad distinta ajena a todo lo que había conocido hasta ahora.

 

Viajas a Nueva York, a Londres, a París, son ciudades famosas en países emblemáticos,  pero en el fondo todo es lo mismo, no te encuentras nada que te sorprenda realmente salvo pequeñas curiosidades o costumbres, viajar a Japón es otra historia, ni siquiera comparable (y aquí hablo de oídas) a viajar a ningún otro lugar de Asia.

 

Aún no estoy en condiciones de valorar este impacto y no sé si será duradero pero noto que algo (aún no se qué exactamente) ha cambiado en mi interior, en mí también se ha originado una especie de personalidad paralela, todo parece igual pero no es igual.

 

Quizás sea debido a los sonidos de baja frecuencia que mi hijo decía oír casi en todas partes y yo no oía, pero es como si fuera otra persona, como si me hubieran cambiado entero por alguien o algo que parezco yo pero no lo soy, ignoro en qué derivará todo esto exactamente.

 

Lo cierto es que ahora observo la realidad de otra manera, con otros ojos,  porque ahora sé que es posible y existe un mundo paralelo, una realidad alternativa absolutamente maravillosa en muchos aspectos y en otros delirante y loca pero el caso es que algo más haberlo haylo.

 

Japón es por una parte el paradigma del capitalismo que tanto denuesto en este blog pero por otro lado es también otra cosa: ARMONÍA.

 

Esta es la palabra y el concepto que me ha fascinado de Japón, la armonía,  incluso en esas ciudades de tres niveles con escenarios de Blade Runner y con neones y luces aparentemente caóticos, no solo en sus templos, su naturaleza y sus gentes.

 

Incluso en lo peor de Japón (que naturalmente también tiene miserias y sombras) parece que esté subyacente algún tipo de armonía que lo gobierne y permee todo, quizás sean esos sonidos de baja frecuencia a los que aludía mi hijo porque desde luego yo jamás había experimentado esa sensación a un nivel cuasi físico.

 

Siendo consciente del sesgo de confirmación en el que incido, eso que yo llamo armonía no es más que la percepción física de algo en lo que llevo insistiendo en este blog, la realidad es la que es y nosotros no tenemos influencia en ella, somos meros espectadores de la  misma.

 

Estoy seguro que esta sensación se desvanecerá pero de momento disfruto mucho de ella…